martes, 3 de julio de 2012

Y de pronto recorde todo...

Tengo 10 semanas,  me acosan dolores de estómago y reprimo gases en la oficina, mi cuerpo comienza a recordar como fueron las últimas semanas con Amparo.. me acuerdo claramente del sabor del hierro en la boca y de los dolores del parto, casi siento la imperiosa necesidad de dormir que te ataca los primeros tres meses con un recién nacido. Es como si existiera una memoria hormonal asociada a estos momentos, cuando no estaba embarazada el proceso entero de mi primera hija me parecía borroso y hasta hermoso, había comenzado a idealizar las panzas y a encontrar algo más encantadoras las salas de maternidad llenas de "mamitas" dando "tetita"... si, es cierto, empezaba a mirar a los otros bebes murmurando cosas en voz aguda : oh, nanay que pechocho bebe!, a tocar panzas ajenas y a desear buena suerte a las que iban a dar a luz.  Había dejado de reirme y sembrar el pánico cuando veía a una embarazada.

El tema es que me dió miedo de nuevo, no quiero volver a sentir dolor y en cierto sentido debo decir que no me atrevo a decirle a mi matrona que preferiría que me durmieran de una vez, me hicieran cesárea y nos dejemos de decir "la naturaleza dirá",  no siento confianza de decirle al doctor que los dolores de estómago me están matando, que no disfruto ni una taza de agua, por que temo que me digan que es "la naturaleza haciendo su trabajo"... Dios con gusto me doparía si fuera seguro, lamentablemente mi pececillo esta de maravillas provocando toda clases de desequilibrios, llenandome de gas y acido estomacal y revolviendo en una olla mis hormonas desatadas que se dedican a abrir la cajita de pandora de los recuerdos físicos del primer parto.

Creo que con estos registros no debería olvidar los próximos 9 meses.

1 comentario:

  1. Somos seres extraños, que cuando nos acoge la tranquilidad, tenemos la capacidad de poner todo patas arriba nuevamente, mágicamente y con una velocidad que nunca alcanzaré conduciendo.

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